Mi experiencia en crucero Sovereign de Pullmantur

Todo el mundo que ha realizado un crucero habla de una experiencia maravillosa. No es para menos. Es una gran experiencia que cualquier persona debería de vivir al menos una vez. No obstante, nada es perfecto en esta vida, y los cruceros, menos. Así que voy a tratar de relatar mi experiencia en el primero que hice y cuales fueron mis sensaciones.

Crucero Sovereign de Pullmantur

El destino que escogí fue Italia. Tenía muchas ganas de visitar ese país y hacerlo en un crucero me pareció mejor idea aún. Fui el agosto pasado y el itinerario fue el de las 5 Maravillas del Mediterráneo -durante una semana- de Pullmantur: Barcelona – Navegación – Nápoles (Pompeya) – Civitavecchia (Roma) – Livorno (Florencia/Pisa) – Villefranche (Niza) – Sète – Barcelona.

La idea fue la de aprovechar el barco al máximo desde el primera hora. El “problema” fue que muchos pasajero pensamos lo mismo y guardamos una cola de unas dos horas -más o menos- hasta poder embancar. He de decir, que si bien los empleados encargados del embarque no tienen la culpa, la desorganización fue importante y las explicaciones fueron escasas. Pasado el trámite pasas al barco. Entras en una mini ciudad en el que tienes absolutamente de todo. Desde un casino hasta teatro o tiendas de marcas. Aburrirte dentro de la naviera es prácticamente imposible.

Siempre encontrarás algo con lo que entretenerte o sino la combinación de tumbona más piscina, en la cubierta, – y la animación del barco- es la opción más apetecible -para mí fue la preferida-. Los camarotes no están disponibles al momento en el que subes al barco. El servicio de limpieza se tiran toda la mañana acondicionándolos para que esté todo listo a partir de las 15,00h, donde ya te encuentras la maleta -que previamente dejas en el proceso de embarque- en la puerta de tu habitación. Después de las presentaciones, explicaciones pertinentes de parte del capitán del barco y un simulacro de evacuación, el barco se dispone a zarpar y ya tienes total libertad para moverte dentro de él. Un detalle bastante agradable fue que todas las noches te dejan en el camarote un planning de cada evento que se realizará al día siguiente, tanto si vas de excursión como si no. Siempre estás informado.

Donde pasas la mayor parte del tiempo es en la cubierta. Allí está la piscina, la barra libre de bebidas  -para los del todo incluido-, un Buffet de comida rápida y otro dedicado al almuerzo. En el barco puedes desayunar y comer tanto en los buffets como en los restaurante que se encuentran unas plantas más abajo. Para la cena, en la primera noche te asignan una mesa en el restaurante habilitado para tu planta y la compartes con otros pasajeros.

Durante la semana que dura el crucero, siempre cenarás en el mismo sitio y personas. Hay un camarero adjudicado para dicha mesa y aparte de servirte te informa de cualquier novedad que haya y de los horarios de llegada y salida del puerto. La comida en los Buffet está todo lo buena que cabe esperar teniendo en cuenta que se dan de comer a unas 3000 personas. Sin embargo, la comida de la cena es a la carta, y a pesar de que no varía y no hay mucho donde elegir -salvo algún evento especial- si te organizas bien, no tienes por qué repetir plato ninguna noche.

Las salidas al llegar al puerto correspondiente se hacen por grupos. Aquí un punto a remarcar -y un punto muy negativo- es la preferencia que hacen a la hora de dejarnos salir. Me explico: yo contraté las excursiones por las ciudades italianas aparte, tanto por lo económico -llegando incluso a la mitad de precio que las que ofertaban la propia compañía- como por el gran trabajo que hacen. Fue una recomendación de unos amigos y no pude estar más satisfecho.

Reserva sin preocupaciones:

Pues bien, a la hora de bajarnos del barco, los pasajeros que contrataban sus visitas con la naviera, salían antes que los demás. Esto no supondría un gran problema si no fuera porque en ciudades como Roma, se ha de ir desde el puerto al sitio donde coges los autobuses -ya que la ciudad está a una hora del puerto- en unas lanzaderas, dejando al resto de personas allí parados a que nos dieran permiso para salir -dicha espera llegó hasta la hora y media- Aquí, la empresa con la que contraté las excursiones se comportó de diez, siendo muy pacientes esperando a todos los clientes. A pesar de salir más tarde de la hora programada, cumplieron con el programa -algo rápido, pero se cumplió- y pudimos visitar Roma y sus rincones.

La experiencia general fue muy buena. A destacar el trato de los empleados con todos y cada uno de nosotros durante la estancia en el barco. Es increíble que a pesar de las horas que llegan a echar trabajando, siempre te reciben y te resuelven alguna duda con una sonrisa en la cara y una amabilidad pasmosa. No podría recomendar este crucero frente a otros ya que es el único al que he ido pero si estás pensando en hacer uno y es la primera vez, si puedo decirte que en relación calidad-precio es de lo mejorcito.

Os dejo algunos tips o consejos para que no os pille por sorpresa nada:

• Cuando prepares la maleta, coge un bolso de mano o una mochila y echa el bañador y toalla y así podrás disfrutar de la piscina y de la barra. Como dije, las maletas se dejan al hacer el check-in y hasta las 15,00h no las tienes en tu camarote.

• Por las mañanas, si decides desayunar en el Buffet de la cubierta, al lado de la piscina, aprovecha y llévate tus cosas para pillar una tumbona y no quedarte sin ellas mientras desayunas.

• Cuando finaliza el viaje, tienes la opción de que las maletas las bajen por la mañana temprano y así salir del barco más cómodamente. No lo hagas. Llévatelas tu mismo. Así ahorrarás tiempo por si tienes que coger algún avión o tren -como en mi caso, que temía que no pudiera coger mi tren de regreso por la espera-

• Si tienes tendencia a marearte, no vayas a la parte delantera del barco a comer. Se nota bastante el movimiento y produce mareos. -Yo mismo sufrí dicho efecto y soy resistente a ello.

Y nada más. Espero que os haya gustado y os haya ayudado a aclarar alguna duda respecto a estos viajes.

Articulo realizado por Miguel Serrán